Los beneficios de la cebolla forman parte de la cultura y el saber popular de muchas generaciones, pues su origen se remonta a épocas muy lejanas. Respecto a la zona de origen, muchos investigadores creen que la cebolla procede de Asia Central, pero, en realidad, fueron los romanos quienes introdujeron el cultivo de la cebolla en el resto de los países mediterráneos, donde se hizo muy popular.

Hoy en día, podemos encontrar cebolla en el mercado todo el año, pero la verdad es que su mejor época son los meses de primavera. Así que este es el mejor momento para consumirla y aprovechar todas sus propiedades beneficiosas para el organismo. Como indicábamos al inicio del artículo, los beneficios de la cebolla forman parte de saber popular de nuestra cultura y queremos compartir con vosotros, como siempre, algunos de los más importantes. ¡Tomad buena nota!

Valor nutricional (por cada 100 g)
  • Contiene 93,9 g de agua.
  • Aporta 23 kcal.
  • Destaca su contenido en hidratos de carbono (3,5 g), en proteínas (1,4 g) y, en menor proporción, lípidos (0,2 g).
  • Nos aporta 1 g de fibra.
  • Es rica en vitamina C, ácido fólico y algunas vitaminas del grupo B.
  • Contiene minerales como el potasio, el sodio, el calcio, el fósforo, el hierro y el selenio.
Beneficios
  • La cebolla contiene flavonoides, entre los que destacan las antocianinas y la quercetina; todos ellos son compuestos antioxidantes.
  • La cebolla, al ser rica en potasio y baja en sodio, favorece la eliminación de líquido. Este efecto es beneficioso para la hiperuricemia y la gota, los cálculos renales, la hipertensión, la retención de líquidos y la oliguria.
  • Es rica en fitoquímicos, contribuyendo, junto con un estilo de vida saludable, a una disminución significativa de la presión arterial, una mejora del perfil lipídico y una reducción de la resistencia a la insulina.
  • Es beneficiosa para las embarazadas por su contenido en ácido fólico.
Consejos

El consumo excesivo de cebolla puede ocasionar flatulencia, debido a su contenido en compuestos de azufre. Por este motivo, personas con aerofagia, dispepsia o digestiones pesadas pueden no tolerarla y es mejor no consumirla.

A la hora de ir al mercado, se han de seleccionar los ejemplares que estén duros y sean de cuello corto y se deben rechazar las cebollas húmedas, con manchas o cuello muy blando, ya que esto indica que están pasadas o todavía están sin formar.

Os aconsejamos que, para mantener en buenas condiciones las cualidades organolépticas y nutricionales, almacenéis las cebollas en un lugar seco y fresco. Una vez cortada, es mejor guardarla en la nevera, pero siempre dentro de una fiambrera. Es importante no guardar la cebolla cortada en la nevera sin ninguna protección o tapamiento, porque impregnará su olor a otros alimentos.

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