Origen

La coliflor, junto al brócoli, forma parte de la gran familia de las coles y, como muchas verduras, tiene su origen en Asia. A pesar de los múltiples beneficios de la coliflor, su expansión a otros continentes no se dio hasta el siglo XVIII. Actualmente sigue siendo cultivada sobre todo en Asia, donde los principales países productores son la India y China. En Europa tiene su representación en Italia y Francia.

Valor nutricional
  • Nos aporta unas 33,75 kcal por 100 g.
  • Contiene aproximadamente un 92,4 % de agua.
  • Aporta unas 2,7 g de proteína por 100 g y 3,8 de hidratos de carbono por 100 g.
  • Podemos destacar el aporte de fibra: 2,6 g por cada 100 g.
  • La coliflor destaca por su contenido en folatos, vitamina C, vitamina E y carotenos.
  • Respecto a su contenido en minerales podemos destacar su contenido de fósforo, potasio, calcio, sodio y magnesio.
Beneficios
  1. Es una buena fuente de antioxidantes.
  2. La coliflor contiene colina, que juega un papel importante en el desarrollo de las células cerebrales. El cerebro y el sistema nervioso necesitan este nutriente para regular la memoria, el estado de ánimo, el control muscular y otras funciones.
  3. Contiene sulforafanos. Varios estudios han relacionado este antioxidante con la protección de enfermedades coronarias y la reducción de la presión arterial. Su consumo se asocia con un menor riesgo de infarto de miocardio y de cáncer.
  4. Regula la función intestinal, ayudando a prevenir el estreñimiento.
  5. Contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia en las personas que tienen diabetes.

A pesar de los beneficios de la coliflor, un inconveniente son las posibles flatulencias. La fibra y los compuestos de azufre son las sustancias que causan flatulencia y dificultad para la digestión.

Consejos

Un buen ejemplar de coliflor no debe tener manchas marrones o partes blandas, ya que esto significa que está vieja. Es importante descartar las que tienen manchas debido a que muchas veces tienen hongos o insectos.

El mejor método de conservación es en la nevera, concretamente, en el cajón de las verduras. De esta forma, se conserva adecuadamente durante una semana. Aún así, también puede congelarse. Posteriormente, se aconseja no lavarla hasta el momento en el que vaya a ser consumida.

Un truco muy sencillo para evitar la aparición del olor característico que desprende la coliflor durante su cocinado es añadir una patata y así atenuamos la intensidad fuerte del aroma.

Puede prepararse de diferentes maneras: al vapor, asada, frita, estofada, hervida o gratinada. Sirve como acompañamiento de muchos platos como el arroz, pasta, legumbres, menestra de verduras, tortilla o como acompañamiento de pescados y carnes.

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Nutricionista.
Alejandra Pou Escarrer.