Origen
Antes de contaros los beneficios de la naranja, conozcamos su origen. Esta fruta cítrica proviene de las regiones surorientales de Asia, concretamente, de la zona sureste de China y el archipiélago malayo. En el siglo X, los árabes la introdujeron en la península ibérica. En un primer momento, las naranjas tenían un sabor amargo, pero en el siglo XV los portugueses empezaron a producir variedades con un sabor más dulce y sabroso, facilitando que la naranja pasara a formar parte de nuestra dieta más diaria.
Valor nutricional
- Nos aporta unas 57,5 kcal por 100 g de naranja.
- Contiene aproximadamente 88,6 % de agua.
- Aporta unos 11,8 g de Hidratos de Carbono en 100 g.
- Podemos destacar su aporte en fibra: 2,6 g por cada 100 g.
- Las naranjas destacan por su contenido en folatos, Vitamina C, A, en menor proporción vitamina E y algunas vitaminas del grupo B.
- Respecto a su contenido en minerales podemos destacar su contenido en potasio, fósforo, calcio, magnesio y, en menor proporción, yodo, sodio y selenio.
Beneficios
Las naranjas cuentan con notables beneficios para nuestra salud:
- Favorece el tránsito intestinal y cuenta con un alto contenido de fibra, sobre todo en la parte blanca, entre la pulpa y la corteza.
- Tiene función antioxidante y ayuda a la salud cardiovascular por su contenido en vitaminas, flavonoides y beta-carotenos.
- Se recomienda su consumo a personas que tienen anemia ferropénica, ya que acompañados de alimentos ricos en hierro o suplementos de este mineral, aumenta la absorción del hierro por su contenido en vitamina C.
- Tiene un efecto saciante y se recomienda para personas que tienen hipercolesterolemia, diabetes y exceso de peso.
A tener cuenta
A pesar de los beneficios de la naranja, también debemos tener en cuenta que contiene ácido oxálico que pueden llegar a formar sales con ciertos minerales como el calcio y formar oxalato cálcico; por ese motivo, hay que tener en cuenta si se padece cálculos renales, ya que podría empeorar la situación. Además, las variedades de naranjas más ácidas pueden producir molestias a quienes padecen de trastornos gástricos como una hernia de hiato, acidez de estómago, gastritis y úlcera gástrica.
Los naranjos florecen a principios de la primavera, con un período de maduración que abarca desde mediados del otoño hasta casi el inicio del verano, por lo que durante esos meses están en su mejor época. Las naranjas se deben recolectar una vez ya maduras, ya que son frutas no climatéricas, lo que significa que la fruta no madura una vez arrancada del árbol. Además, el color de la piel no nos indica con seguridad la calidad del fruto, puesto que hay naranjas maduras con la cáscara verde.
Por lo que respecta a su conservación, las naranjas se pueden conservar a temperatura ambiente si se van a consumir en poco tiempo, pero para conservarlas durante más tiempo es mejor guardarlas en la nevera. Tanto fuera como dentro de la nevera, es importante no apilarlas una sobre otras.
Si queremos aprovechar los beneficios de la naranja, debemos tener en cuenta que a la hora de consumirla, la mejor opción es la fruta entera y no el zumo natural, ya que unos 330 ml de zumo de naranja natural equivalen a 40 g de azúcares libres. Además, en el zumo se quita la fibra y la matriz, aumentando la velocidad de absorción del azúcar de la fruta en el intestino, provocando la misma subida de azúcar en sangre y de insulina que un refresco azucarado.
Nutricionista
Alejandra Pou Escarrer.