Origen
Los beneficios de la sandía son incontables y además está deliciosa. La sandía se caracteriza por ser una fruta dulce, veraniega y con un alto porcentaje de agua. Aunque es muy común en la dieta mediterránea, tiene su origen en el continente africano, donde aún hoy en día crece de forma silvestre. No obstante, existen evidencias arqueológicas de que se cultivaba en Egipto en el año 3000 a.C., donde se expandió en las fértiles márgenes del río Nilo. Desde aquí, pasó a los países mediterráneos: Italia, Grecia o España..
Beneficios de la sandía
Los beneficios de la sandía son muchos y muy enriquecedores. La sandía está compuesta por un 95 % de agua, lo que la convierte en un alimento con un bajo aporte calórico; tan sólo 40 kcal por cada 100 g. El nutriente principal son los hidratos de carbono, concretamente azúcares simples, ya que la sandía contiene muy poca fibra. Destaca por ser una fruta rica en vitamina C y vitamina A, como muchos otros frutos. Es rica en minerales, como el magnesio y el potasio.
Los beneficios de la sandía, como decíamos, son muy diversos. Por ejemplo, tiene acción antioxidante y nos aporta una buena hidratación. Por ese motivo, precisamente, es perfecta para consumirla en verano. Es una de las formas más saludables de hidratarse. La sandía, además, es rica en licopenos, que son los encargados de aportar ese color rojo intenso. Puede ser beneficiosa, también, para la salud cardiovascular, ya que contiene minerales que ayudan a mejorar la salud cardiovascular y prevenir problemas del corazón. Además, contiene vitamina A y vitamina C. Otra función muy saludable de la sandía es que puede ayudarnos a aliviar la fatiga muscular por su contenido en L-citrulina, que es un aminoácido perfecto para que el músculo se relaje. Por ese motivo consumir un trozo de sandía después de realizar un esfuerzo físico es beneficioso y, además, no nos olvidemos de que nos ayuda a hidratarnos.
¿Cómo escoger una buena sandía?
Para saber si la sandía está en su punto, lo primero que se debe tener en cuenta es que tiene que pesar bastante en relación con su tamaño y, sobre todo, sonar hueca al golpearla, como un tambor. Significa que está repleta de agua y en su punto. Y en segundo lugar, al abrirla, la pulpa debe estar firme y jugosa.
La sandía no solo se puede consumir en el postre, hay multitud de recetas en las que la podemos incluir, como por ejemplo, un gazpacho de sandía, ensaladas, unas brochetas de pollo, refrescos, polos de sandía, etc. Todas refrescantes, deliciosas y muy saludables.