Las fresas silvestres son originarias de Europa, concretamente de la región de los Alpes. Parece que la fresa comenzó a ser cultivada en Francia en el siglo XV y en el siglo XVIII en España. Fueron los españoles, portugueses e ingleses los que la expandieron por toda Europa y América. En España la provincia más especializada en el cultivo de fresas y fresones es Huelva. Tal vez sea por esta cercanía en su origen y producción que los beneficios de las fresas son tan conocidos por todos, algo que, sin duda, contribuye a su elevado consumo. Ya sabéis que siempre os animamos a que consumáis productos de temporada y ahora es el mejor momento para las fresas, ya que los frutos maduran durante toda la primavera y a principios del verano, desde el mes de marzo hasta julio.

Valor nutricional (por cada 100 g)
  • Contiene 89,6 g de agua.
  • Aporta 40 kcal.
  • Destaca su contenido en hidratos de carbono (7 g), en proteína (0,7 g) y en menor proporción en lípidos (0,5 g).
  • Nos aporta 2,2 g de fibra.
  • Es rico en vitaminas como la vitamina C, ácido fólico y en menor proporción vitamina E y algunas vitaminas del grupo B.
  • Y en minerales como el potasio, fósforo, calcio, magnesio, yodo, sodio y en menor cantidad hierro y zinc.
Propiedades
  • Son ricas en antioxidantes.
  • Son beneficiosas para las mujeres embarazadas por su contenido en ácido fólico.
  • Tienen más vitamina C que los cítricos. Con 100 g de fresas o fresones se cubren las recomendaciones diarias de Vitamina C.
  • Debido a su alto contenido en potasio y bajo en sodio se recomiendan a las personas que tienen hipertensión arterial.
Consejos

Para aprovechar los beneficios de las fresas, debemos asegurarnos de elegir las mejores piezas. Para escoger en el mercado unas buenas fresas, asegúrate que sean gruesas, de color vivo y brillantes. Son frutas muy delicadas y perecederas; así que deben comprarse con los tallos intactos y no se han de cortar hasta que se hayan lavado para mejorar su conservación. Un consejo que te proponemos para conservarlas durante más tiempo es guardarlas en la nevera. Al llegar a casa, retirar y reciclar el envase inicial de las fresas, poner papel de cocina en una fiambrera y guardarlas sin que estén amontonadas una encima de otra y sin cortarles el tallo. Si observamos que alguna tiene moho, debemos retirarla y también las que han estado en contacto directo, ya que, aunque no apreciemos el moho, puede haber micotoxinas. También debemos cambiar con frecuencia el papel de cocina que hemos puesto en la fiambrera. Para consumirlas, podemos lavarlas con abundante agua y tomarlas al natural, con chocolate fundido, en una macedonia, etc.