Origen

Los beneficios del apio son innegables, tanto en cocina como, incluso en medicina durante la Antigüedad. Pero veamos primero cuál es el origen de esta hortaliza. Se cree que por crecer en áreas pantanosas y en climas templados es originaria de regiones mediterráneas.

En España las principales provincias de producción son Murcia, Alicante, Almería y Valencia.

¿Sabías que?

Esta hortaliza antiguamente se consideraba como una simple planta aromática y no se aprovechaba ni para la cocina ni para la medicina, hasta que Hipócrates en el siglo V a. C. descubrió que era un potente diurético. En la Edad Media aumentó su interés y creció su cultivo debido a sus grandes propiedades nutritivas.

Valor nutricional del apio por 100 g
  • Contiene 95,4 g de agua.
  • Destaca su contenido en hidratos de carbono (1,3 g) y en proteína (1,3 g), en menor proporción en lípidos (0,2 g).
  • Aporta 16 kcal por 100 g.
  • Son ricos en fibra 1,8 g.
  • Destaca su contenido en vitaminas, como la vitamina A, folatos y vitamina C.
  • Y minerales como el potasio, sodio, calcio, fósforo, magnesio y en menor proporción el selenio.
Propiedades
  • Es rico en antioxidantes.
  • Aporta una buena hidratación.
  • Es beneficioso para los riñones.
  • Aporta muy pocas calorías.
  • Es rico en potasio, este mineral es necesario para la transmisión y generación de impulsos nervioso y la actividad muscular normal.
  • Es beneficioso para las personas que padecen hipertensión y retención de líquidos.
Conservación

Para sacar el máximo partido de los beneficios del apio, te recomendamos fijarte en el tallo, que este sea grueso, compacto, firme, crujiente y con un color verde claro, las hojas deben ser verdes. Descarta los apios blandos y con manchas.

Se pueden conservar correctamente en la nevera durante 2 o 3 días, mejor envolverlo en un papel húmedo para mantener su textura. Es un vegetal que se puede congelar si se escalda previamente durante unos 3 minutos, aunque hay que tener en cuenta que al descongelarlo perderá su textura crujiente.