Os proponemos tres maneras de conservar la fruta y la verdura: a temperatura ambiente, en la nevera y en el congelador. El método que utilicemos para conservar la fruta y la verdura es muy importante. No todas las frutas y verduras se pueden conservar de la misma forma. El lugar en el que lo hagamos determinará la conservación de sus propiedades. Una regla que debemos tener en cuenta, ya que es común a cualquier lugar de conservación, es que es importante conservar la fruta y la verdura separadas. El motivo de no ponerlas juntas es porque algunas frutas y verduras, como la manzana, la pera, el melón, las ciruelas, los aguacates, las berenjenas, los tomates, las cebollas, la lechuga o el repollo, desprenden etileno, que provoca que las verduras se echen a perder antes.

 

LUGARES FRESCOS Y SECOS

Algunas frutas, como las ciruelas, el kiwi, los melocotones, las nectarinas, los aguacates y las peras pueden dejarse unos días a temperatura ambiente para que maduren y después conservarlas en la nevera. La sandía y el melón es mejor conservarlos fuera y, una vez abiertos, guardarlos en el frigorífico. Otras frutas y verduras, como la patata, la cebolla, el ajo, la naranja, los limones, las manzanas y las peras, se conservan perfectamente fuera de la nevera a temperatura ambiente.Si las conservamos en lugares frescos y secos, no expuestos al sol ni a la humedad, las conservaremos mucho mejor.

 

FRIGORÍFICO

La FAO recomienda, como método general, guardar las frutas y verduras en el frigorífico a -1 ºC. Por ese motivo, debemos guardarlas en el cajón inferior. Si bien es cierto que no es necesario que guardemos todas las frutas y verduras en el frigorífico, existen algunas que sí tenemos que conservar en la nevera. En el caso de las frutas, son: las fresas, las cerezas, los frutos rojos, los albaricoques, las uvas, la fruta cortada y los higos. Las verduras que es mejor conservar en la nevera son: las alcachofas, los espárragos, las judías verdes, las endivias, el brócoli, las coles de Bruselas, las zanahorias, el apio, las verduras de hoja como la remolacha y la lechuga, los champiñones, los guisantes, los rábanos, el maíz, la cebolleta, el puerro, el nabo y el berro. Si decidimos conservar la fruta y la verdura en el frigorífico, es recomendable sacarlas un rato antes de comerlas. De esta forma, podremos disfrutar al máximo de su sabor, textura y aroma. Además, es importante que, antes de consumirlas, las lavemos con abundante agua.

 

CONGELADOR

Otra opción que te proponemos para evitar el desperdicio de alimentos, es congelar la fruta y la verdura. Pero cuidado, porque algunas es mejor no congelarlas. Las únicas verduras que no es recomendable congelar son aquéllas que contienen mucha agua, como el apio, la lechuga y los pepinos. Cuando los cristales de hielo se derriten durante la descongelación estos vegetales cambian su textura. Para congelar la fruta de forma efectiva, debemos lavarla adecuadamente y secarla. Si queremos, podemos cortarla en porciones más pequeñas. La mayoría de las frutas, como los frutos rojos, los plátanos, las manzanas, las naranjas, la piña, el kiwi, el mango, los melocotones o las nectarinas, se puede congelar y siempre podemos aprovechar para hacer un rico batido o helado fresquito perfecto para las olas de calor.