La dieta de los Big MAC no está relacionada con las hamburguesas, si es lo que estás pensando. Más bien, todo lo contrario. Consiste en una alimentación que tiene como objetivo proteger la microbiota intestinal. Las causas más frecuentes de daño en la microbiota son el consumo de alcohol, los antibióticos, el estrés o llevar una mala alimentación. Entendemos como una mala alimentación aquella que es rica en grasas, azúcares y harinas refinadas. Pero, ¿qué es la microbiota intestinal y por qué es tan importante? En el intestino tenemos una capa de mucosa que sirve como barrera protectora. Esta capa es necesaria para mantener alejados los microorganismos patógenos. Si no alimentamos nuestras bacterias buenas con productos con un alto contenido en fibra alimentaria, tendrán que alimentarse de la mucosa intestinal. La consecuencia, entonces, será que se pondrá en peligro la capa protectora y, por tanto, nuestra inmunidad. Podemos encontrar un alto contenido de fibra fermentable en la fruta (manzanas o peras), la verdura (cebollas o ajos), las legumbres y los cereales integrales de grano entero. En el caso de la patata, para obtener este tipo de fibra, se aconseja primero cocerla, dejarla enfriar y luego recalentarla a temperatura no muy elevada.
¿Qué son los MAC?
Los alimentos mencionados contienen, además, unos hidratos de carbono y unos almidones resistentes que reciben el nombre de MAC. Su consumo es muy importante para nuestra salud, ya que contribuyen a que la microbiota intestinal sea más diversa. Cuánto más rica en MAC sea nuestra dieta, mayor diversidad de bacterias intestinales tendremos. Esta diversidad será muy beneficiosa para nosotros, ya que el desarrollo del sistema inmunitario depende de nuestras bacterias. La manera de aumentar los MAC que consumimos es, por ejemplo, añadir verduras en las comidas y cenas, tomar 2 o 3 frutas al día, consumir un puñado de frutos secos naturales o tostados y comer legumbres al menos 2 días a la semana.
Además, los MAC también influyen en estados como la ansiedad, la diabetes o el sobrepeso. Los beneficios de esta dieta en este último caso son claros, ya que los MAC generan ácidos grasos de cadena corta. Esto implica que nos sentiremos más saciados durante más tiempo, haciendo que ingiramos menos calorías durante el día.
Para mantener una buena salud de la microbiota intestinal, también debemos tener en cuenta el consumo de carne roja. No es bueno comer mucha cantidad. El motivo es que tiene una sustancia química, que se llama L-Carnitina, que la microbiota intestinal convierte en trimetilamina. Tras su oxidación, esta sustancia incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Pero, a pesar de sus beneficios, la dieta de los Big MAC no es recomendable para todo el mundo. Las personas que tienen enfermedades inflamatorias intestinales, hinchazón, gases, etc. deberían evitar los alimentos mencionados, precisamente porque son muy fermentables.
Alejandra Pou Escarrer
Nutricionista