Se terminan las vacaciones, volvemos a la rutina, nos damos cuenta de que hemos comido más cantidad de la que nuestro cuerpo necesitaba y hemos aumentado de peso. Entonces, empiezan las preocupaciones por bajar esos kilos de más. Además, queremos que sea rápido y sin esfuerzo. En ese momento la industria se aprovecha y lanza productos especiales para la pérdida de peso, como pastillas, infusiones, máquinas o alimentos milagrosos. Todos ellos te prometen perder peso al instante y sin esfuerzo alguno. Ahí empieza el peligro de las dietas milagro.

Esos productos no solo no funcionan, sino que pueden ser perjudiciales para tu salud. Lo único que verás disminuido es tu bolsillo por gastar dinero en dichos productos.

¿Por qué es un riesgo para nuestra salud?

El peligro de las dietas milagro reside en cuatro aspectos:

  1. Te prometen perder peso, pero esa pérdida de peso no es debido a la disminución de grasa sino de masa muscular. Existe riesgo de que nuestros riñones se vean afectados, podemos tener síntomas de fatiga, mareos, mal humor, alteraciones en la sensación de hambre y saciedad, etc.
  2. La mayoría de estas dietas te prohíben consumir una larga lista de alimentos, como pasta, pan, fruta, etc. A la larga, esto no es sostenible ni saludable.
  3. Siempre existe el efecto rebote o el efecto yo-yo, que significa que recuperamos los kilos que habíamos perdido e incluso alguno más.
  4. Estas dietas, al tener un bajo aporte calórico, sí que facilitan una disminución de tu peso, pero si no realizas ningún tipo de deporte, lo mas seguro es que estés perdiendo masa muscular. Esto supone estar siempre más cansado y con menos energía.

Por lo tanto, yo te propongo que no hagas caso a todas esas dietas y pastillas milagrosas. En cambio, realiza una alimentación equilibrada y variada.

Muévete, realiza la actividad física que más te guste. Si no te gusta correr, no hace falta que corras, pero sí que puedes sacar tiempo e ir a caminar, sacar a pasear al perro, montar en bicicleta, etc.

La comida nunca tiene que ser ni un castigo ni un premio. No te obsesiones con alimentos prohibidos. Los alimentos no se clasifican como buenos o malos, sino por contener una mala calidad nutricional, como son los ultra-procesados, o una buena calidad, como las frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescado, aceite de oliva virgen, etc.

Si necesitas ayuda para mejorar tu alimentación, mantenerte motivado y perder esos kilos que piensas que te sobran, lo mejor es que acudas a un profesional de la nutrición.

Alejandra Pou Escarrer
Nutricionista