Las espinacas siempre han gozado de cierta fama en el ámbito nutricional, su alto contenido en vitaminas y minerales la han convertido en un pilar fundamental para una buena nutrición.
Contrariamente a la leyenda difundida por Popeye, las espinacas no tienen mucho hierro. Además, el ácido oxálico que poseen impide la absorción de este metal. De todas formas el impacto que tuvo Popeye fue épico: incentivo su consumo en un 300% en Estados Unidos.
Su alto aporte de betacarotenos compuestos ayudan a nuestro organismo en su función antioxidante y estimuladora del sistema inmune.
Las espinacas, además son ricas en fósforo, calcio y potasio, por lo que son cruciales para reforzar huesos y músculos.
La Fundación Española de Nutrición las recomienda también para favorecer el tránsito intestinal y como agente de prevención en el cáncer colon y en enfermedades cardiovasculares.